domingo, 4 de septiembre de 2016

Cuarto Sueño Alberto Ruy Sanchez

Soñe que me besabas y que con besos me obligabas a cerrar los ojos. Co
n tus manos apartabas las mías de tu espalda, de tu nuca. Ahora sólo tú podías acariciarme. Subías a mi cuerpo como una marea, como un brazo de mar, como un río, y tu agua estaba caliente Tus besos caían en catarata por mi cuello. Tus manos rozaban mi cara como parvada de gaviotas hundiendo el pico en el agua, buscando alimento. Olías a mar y tu oleaje me arrullaba. Hacías con las manos caracoles que ponías en mi oído para convencerme de que eras mar, no río. Y con tu lengua pescabas los secretos de la mía. " Solo un cuerpo dócil y quieto puede aprender a ser agua", me amenazabas al oído, sólo así nos navegamos: agua sobre agua". Entusiasmado abrí los ojos y ya no estabas. Los cerré y de nuevo aparecías. Cada vez que trataba de mirarte o de tocarte no estabas ya conmigo y el sudor que cubría mi cuerpo comenzaba a enfriarse. Pero volvías a navegarme en cuanto yo regresaba a la docilidad en que me habiás moldeado




Aziz Al Gazali
El sueño de un mar quieto.

Del libro En los labios del agua
Alberto Ruy Sanchez






No hay comentarios:

Publicar un comentario