Tengo la tentación de tomar un trago para embrutecerme un poco; recordé
la frase de Oscar Wilde sobre el
Vicio supremo es la limitación del espíritu. Estoy ansioso, eso de evadir las cosas se que es tonto pero hoy tengo permiso
de meterle mano a la luna.
Cuando
estoy tomado hay una suerte de escuchar a mis demonios, esos que me siguen
cuando suelo ser demasiado correcto. No es mi estilo deambular por las calles y
mucho menos convivir exclusivamente con este hombrecillo que me invita a
pararle bola. En estas ocasiones, no hay amigos, esta vez su voz era tan fuerte y mi realidad tan lacerante
que me daba igual si era corriente mirarlo en el reflejo de los autos y su cola
de reptil sissageando cerca de mis pasos
Quería ver a Miram que vive cerca de casa para compartir con alguien mis
congojas, pero luego escuchando a este cabrón, reconocí que es de
hueva ir por la vida esperando que alguien entienda si vos mismo no
te logras entender. Tenía un par de cosas clavadas en la mente: una que acaba
de ser su cumpleaños y habías salido con la pelotudes de hablarle de amor, de nuestros
espíritus entrelazados, ahora sé que todo era sobre la chingada
En mi historial siempre prevalecía lo
dionisiaco, el hoy ahora, el jamás reflexionar en el ejercicio del placer y por
primera vez en mucho tiempo habías admitido
que era lícito pensar que seria bueno envejecer con alguien.
La gente como
vos, su naturaleza es nocturna, obedecen a sus instintos, al deseo a ver a la
mujer como un plato de nunca saciarte
Lo escucho y siempre digo no sabe nada,
esto es más parecido a una condena que a una suerte. El saber que sucumbes ante
los caprichos de la carne y tener con quien desahogarte se ha convertido como
ir a orinar después de tomar varias cervezas. El que toma coge y jamás intimido
por más de tres ocasiones con la misma mujer, no logro dormir jamás a gusto con nadie; que
se hace. Qué hay de malo en querer
revertir mi suerte con esta vieja, no es ni bonita, ni siquiera sofisticada no
se parece en nada a tus mujeres de previo y en su simpleza esta su gracia.
Mira mi cabrón
entre al table dance pagas a la mejor vieja, te olvidas de hincharme las
pelotas y jamás vuelvas a traicionar tu naturaleza. Ve tómala y te la sacudes
bien, porque solo así sabes operar, eso de enamorarse es para débiles, tú solo
toma lo que te gusta y luego vótalo para ir por la siguiente.
Entre y sin aspavientos le dije al mesero
que fuera por Valeria y por Arleth. En lo que esperaba mire a mi igual en
mujer. Se llamaba Patricia, hace dos semanas que no la miraba, le gustaba nalguear
y cogerse a las mujeres. Estaba drogada y sin cruzar dos palabras con ella me senté y ella se monto encima de mí.
Abrí los ojos y al levantarla con mis
manos por sus nalgas mire la cola del hombrecillo y por el espejo logre mirar
que mis manos eran garras y de mi boca salía una lengua de reptil.
Luego vi el rostro de Viviana y su cuerpo
era el de ella y todas las putas que venían a nuestro encuentro se acercaban en
modo de veneración de una diosa que embrujaba y que me hacia contener el
aliento.
Lo primero que recuerdo en mi resaca del
día anterior es como me incorpore y tire a Patricia, como fui expulsado por los
changos de seguridad, tenia golpes en mi costilla y malestar en el cuello.
Esta vez no estaba el hijueputa que me
llevo hasta ahí, Viviana entro por la puerta y me dice que si ya me siento mejor. ¿Qué
estaba haciendo esta cabrona aquí ?, Con
solo invocarla es lo que logro recordar; en el taxi venia recitando un verso de
Eduardo Galeano de tener una mujer atravesada entre los parpados, si
pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atrasada en la garganta.
Ella me contó que me encontró drogado en
casa, incisiti en llevarla a un motel y que ella al rehusarse admitió llevarme
a un table dance para que se me bajara la resaca.
Que me había golpeado el taxista cuando veníamos
de regreso por agredirlo por mirarla.
Estaba confundido y le pedí que me bañara, cuando entramos a la bañera una vez
más tenia la cola de reptil y su lengua peinándome por la espalda, tenia senos
y escamas. Esta vez no pedí explicaciones solo le pedí la raya.