A la sombra del Chilamate,
En un finca al occidente de Nicaragua
Me guarnecí en tu costado
Pasada la canícula, la tarde se avecina como un tornasol
lluvioso
El olor a tierra mojada se extiende desde lejos,
Leía para ti Los cuadernos de Don Rigoberto y la muerte de
Artemio Cruz,
Era mi introducción a lo más profundo de mi interior, habías
pasado recelosa
La mujer Habitada y por primera vez de manera silenciosa
escuchabas los recuerdos
Y los sinsabores de un hombre cuya muerte se avecina. Me dirás
en silencio y tu eco lo percibiré como una proyección de mis pensamientos.
Puede esta quietud durar toda la vida y te diré mi amor, la vida es un instante
silencioso, en comparación del tiempo universal que se disgrega,¿ Por qué te
aferras a poner una categoría ?, el amor es bueno mientras dura, la diferencia
es que tú piensas a diario su ruptura y yo desaforadamente te ciño a mi montura
para cabalgar a diario.