martes, 19 de julio de 2016

En la ventana

Las flores marchitas
y mis lágrimas
en el desierto lastimoso.

No me hablas.

En imágenes y ecos
detrás de la pradera
juegas entre saltos y guirnaldas

Hay una densidad pétrea
que sabe a cabanga
al niño que descubro en mí retoño.

Mi querido Russell
mi nostalgia es por vos
cuán distante encuentro tu alegría
miraré  el crujido de tus pasos
 la madera rota que se desgaja
 los grillos tiritan
junto a  cigarras en los árboles que cantan

 Lluvia que escampa silenciosa
estancia que solo la llenan los fantasmas
en esta mitad de la nada
 todos mis quebrantos
se asoman como quejido espectral
donde la muerte
 busca engullirme en su garganta.

No puedo moverme y te veo alejarte
qué fácil sería vivir
sin la cruz del egoísmo en tus espaldas
decidí ser libre y buscar mi sueño,
en esta cadena de desencuentros,
lo único que lamento, es despertar sin tu sonrisa,
Mi tuqui, me estoy perdiendo tus mejores años,
y en esta travesía a veces todo pierde sentido
me niego a doblegarme y en este empecinamiento
llegare al destino que lo advierto,
lo triste es que alcanzar la meta,      solo, es como
alegrarse por llevar  a cuesta tu sombra.








2 comentarios:

  1. Hasta hermoso! Algún día el lo leerá y te entenderá, te perdonará!

    ResponderEliminar
  2. Hasta hermoso! Algún día el lo leerá y te entenderá, te perdonará!

    ResponderEliminar